sábado, 22 de agosto de 2015

Ninguna idea es respetable. Solo es respetable que tú hables igual que yo, que tú comas igual que yo, que tú puedas decidir igual que yo, que tú puedas acceder a una sanidad igual que yo (o sea, sí, solo los derechos son respetables, porque ya lo demás está al servicio de muchos errores, privilegios particulares, subjetividades, corrupciones y exclusiones sociales).
Y también deben ser respetables las reglas objetivas del bien, o sea, las racionales. ¡Nada más!

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