La naturaleza (ni sus miembros, a los que hizo tal como ella en su base y con la capacidad perfecta de ser percibida -por ellos-) nunca miente; lo que sí hay es muchos -de los que la observan- mentirosos, por motivos de corrupción, desequilibrio y distorsión de lo correcto o esencial.

DISTORSIÓN DE LO NATURAL O DE LO ESENCIAL:
Nada natural esquiva lo natural, excepto un ultrahijoputa desequilibrado que hay por ahí -que siempre es un ser humano-.